domingo, diciembre 13, 2020

El cielo llora sin fe

Qué es la subjetiva fe, basta con introspeccionar?; cavilar u oir elocuencias del creyente?, y por qué para mí será mi convicción sòlo por ser inherente a la sociedad? quién me obliga, evidentemente nadie. Porque simplemente los que no creen, sòlo se puede tumbar al pasto y mirar el cielo, ver como llora y no es por mì convicción, la que nadie conoce, por más que se lucubre. Un ejemplo, no incierto, más bien tàcito en ello, bajo el dolor no tenemos ninguna destreza para comprender lo perdido, sea creamos esté en el cielo junto a Dios, pero està a metros de tierra, y sí, perdì la fe, perdí todos los dioses inventados por el hombre y sacramentados por la vuelta y llamada fe y/o creencia religiosa. Religiosa sobre el impacto en lo absorto y nefasto del cerebro que nos impide conectar el alma al corazòn, buscando una calma que no existe, perenne de lògica en aquellos libros, para el creyente, para mí, con sus falsas fe, Chiítas, Kalkis Baghavan, Sunitas, testigo de Jehovà; donde nos indican sus plegarias para un dios que es semicastigador, castigador. Reza en nombre de este dios, ora, redime tu ser a tal divinidad, cumlple y canta, en su nombre, y luego de eso qué, el regocijo cambia,corrige y vuelve la fe?. Ese poder cohercitivo dejo de llamarlo fe; En qué es lo que nos convierte esa fe ignominiosa e inquietante al status quo social, dirigiendo un bloqueo físico y mental, incluso siendo autorreferente en mí, porque siento que el paradigma milenario miente a la integraciòn del conocimiento, al constante e imperante status quo. Fe es la propia energìa personal. La perdiste, y reencontrarse no es fàcil. Tener la facilidad de propiocepción y el poder de estimular tus propias células bajo tú control, es la fe. Porque si no lo tienes quieres morir en la involución psìquica que enajena tu propia entelequia, per sé, divulgando nuestro ser ontològico, reestructurando lo taulotògico, lo veraz de lo imaginado, a un anacronismo o metacroniamo que distribuye el pensamiento en forma errònea. En teorìa el pensamiento de la ciencia, y por què no, en la teorìa ontològica, es lo màs cercano a la fe, junto a tumbarme y mirar al cielo como llora y empapa mi rostro sin mostrarme la respuesta de la vida porque y yo también lloro, me enceguece todos los tejidos y pigmentos de la luz y sólo veo nuestros recuerdos.