lunes, octubre 10, 2005

Los amigos ya se han ido

Cuando el cuerpo no respondía a las señales y se paralizaba con una cierta hemiplejía, lograba sentir como moría una parte de sí mismo, saber que podría despertar de igual forma, le consumía la vida en ese instante, ya nunca más sería el mismo. Trataba de concentrarse y que no le viniera el ataque, como si supiera que si dejase a su cuerpo desmayar, no sería más suyo, quedaría en estado vegetal y no volvería a poder comunicarse.
Parecía desvanecerse toda la vida en aquel instante, sabía que había dejado su medicina diaria, desde hacía mucho que ya no la tomaba, y ahora le pasaba la cuenta, cuán arrepentido estaba. No recordó a los que le querían. Todos sabían su falta de ganas de vivir, y sin respeto por su vida, no mencionó a nadie la falta al tratamiento que traía de niño, que como un niño con una vida por delante, logró ser un joven muy conocido por sus dotes artísticos, su grupo de amigos llegaba a ser descomunal, y su inteligencia no dejaba de ser menor a la de cualquier joven sobresaliente de las calificaciones del resto,
Sin duda no tenía necesidad de querer morir. Por qué lo hizo?, nadie supo realmente la gravedad de la carencia del gen que no traía en su genoma. Muy pocos lo sabían, su caso estudiado en estados unidos junto a siete casos más de todo el mundo, ni con ingeniería génica se había tratado la reposición de la ausencia del gen por otro con manipulación cromosómica. Con un cuarto de siglo se había podido mantener bien con tratamientos que impedían que el cobre se acumulara en su cerebro, hasta que los dejó por falta de amor a si mismo, nadie lo sabrá. Un año bastó para que el cobre se le acumulara elevadamente y volvió a ser un niño después de perder los sentidos aferente y deferentemente, con una parálisis casi total del cuerpo. Cuando lo llevaron a estados unidos a un tratamiento de emergencia, todos pensaron que volvería mejor, pero el tratamiento que duró 4 meses fue muy tarde. Comía por un tubo hacia el estómago, porque no podía tragar, se le había olvidado, y sin control de los esfínteres, igual a un bebé.
La vida se había acabado, cuando volvió a aprender a hablar, duraba un tiempo y el cerebro era nuevamente degenerado por el mal, y volvía a retroceder en los nuevos progresos. Una vez pidió un revolver, dentro de los métodos que tenía para comunicarse.
Todo cambió. Tristemente la vida se le arrebató de la manera más cruel. Sin promesas de recuperación. Cada vez sería peor y su fuerza interna ya no la sentía. En momentos así, cuando no existe peor sufrimiento se quiere volver a vivir y ganarle a la muerte. El también quiso vivir. Poder revivir y verlo como antes, es parte de un sueño. El dolor es inexplicable.
La vida continúa para los sanos, incluso para quienes se enferman por un malcuido de su cuerpo pero este no era el caso.

Me ves, me ves- le dije
Pero no podía reconocer mi voz
No puedo verlo morir, sentí…y corrí lo más lejos posible

A los meses, alguien me dijo ojalá hoy sueñes con algo hermoso. En ese instante pensé que eso era imposible, porque no sabía a lo que se refería realmente, y se fue con el viento.

Al otro día, lo recordé y era él, mi gran amigo de la infancia, estaba en mis sueños, y era el mismo que recordaba y que existió antes de su enfermedad, no puedo creerlo, le dije-estás bien- y me dio un abrazo que aún no puedo saber si fue real, o fue mi sueño como parte de lo más hermoso que exista bajo esa palabra.
Estoy segura que era él, que nos abrazamos bajo una atmósfera.
Vino para decir que está bien, tal cual antes. Mis lágrimas caen por él.